Archive for April, 2019

Call for Papers – 8th Biennial Conference of the International Herbert Marcuse Society: “Critical Theory in Dark Times: The Prospects for Liberation in the Shadow of the Radical Right”

April 15, 2019

Please see the following call for papers, panels, and presentations at the 8th biennial Herbert Marcuse International Society conference, entitled “Critical Theory in Dark Times: The Prospects for Liberation in the Shadow of the Radical Right,” to be hosted from October 10-13, 2019, at the University of California, Santa Barbara.

I’ve presented at three of these conferences and can highly recommend them. The deadline for proposals is May 1st. Abstracts of no more than 300 words should be sent to ihms2019@gmail.com by that date. Panel proposals and student abstracts are welcomed and encouraged.

A populism of the radical right is on the rise across the globe. What are the counter-strategies of the left? What role does critical theory play in the current context? Embedded in the critical theory of Herbert Marcuse is the promise that reason, with a proper critical orientation, can provide an emancipatory alternative to the deforming oppressions of a given order. But critical reason is occluded in a one-dimensional society, resulting in a society without meaningful alternatives.

Marcuse reminds us that a one-dimensional society with a “smooth, democratic unfreedom” is a society in which there is no fundamental opposition, or where opposition is absorbed and reified into the logic of the system itself. From openly nationalist/fascist/racist parties gaining power in governments across the globe, to institutions manipulated by elites to widen inequalities of wealth and power, to ecological degradation and climate change, to debt traps as a result of uneven development, to mass incarceration and refugee detention policies, freedom becomes an increasingly abstract illusion under the guise of the “normally” functioning global economic system.

We seek papers that address the concerns, challenges, commonalities, and spaces for opposition in the current political context of one-dimensional neoliberal authoritarianism, as well as papers that engage the continued relevance of Herbert Marcuse’s analyses/theoretical insights to critical theory. This includes, but is not limited to addressing questions such as:


  • What is Marcuse”s influence today toward a Critical Theory from the Americas? How might we draw on his theoretical perspectives to interpret structural violence, as well as relations among race, class, and gender and the rise of right-wing populism on both American continents?
  • As the crises and contradictions of neoliberalism expand, how does a Marcusean analysis sharpen the criticism or explain the rise of the radical right? What networks and/or apparatuses are sustaining authoritarianism(s)?
  • Since one-dimensional societies absorb oppositional movements, what steps can we take to move towards a more multi-dimensional consciousness? In what ways are the Black radical tradition, youth, LGBTQ, labor, workers, and indigenous peoples at the forefront of fundamental resistance?
  • What are the pathways for revolutionary and systemic change? What are the dialectics of resistance today?
  • What role can or should forms of education, including higher education, play as and in forms of resistance?
  • Can violence play a role as a means of support and resistance? For precipitating system change?
  • How might we theorize an alternative to the “democratic” unfreedom of today that engages human rights?
  • What are the implications for radical class or group consciousness in a time of rising right-wing populism? What role might it play? Is there potential for a populism of/on the left?
  • How might Marcuse”s vision of radical socialism, a new social order committed to economic, racial and gender equality, sexual liberation, liberation of labor, preservation and restoration of nature, leisure, abundance and peace, inspire organizing today? What is the role of Marcusean aesthetic theory/praxis today?
  • How do the culture industry and digital culture create new forms of propaganda and/or sites of resistance?
  • What is the relationship between movements or organizing ideas such as #BlackLivesMatter, #MariellePresente, #MeToo, #EnoughisEnough, #EleNão and Refugees Welcome, and the “new left”?
  • As basic liberal-democratic values and institutions break down or suffer crises of legitimacy, in what ways does a Marcusean critical theory reveal alternatives to the xenophobic nationalism of the radical right?

Libertarian Socialist Points of Unity Template:

April 8, 2019

Entrevista con José Bodas Lugo, sindicalista venezolano: “Este gobierno no es socialista, no es obrerista. Es un gobierno burgués”

April 6, 2019
Cortesía Laclase.info

Originalmente publicada en Laclase.info

Joe Hill (Comités Antiguerra en solidaridad con las luchas por la autodeterminación) (English translation HERE)

Por favor, cuéntenos un poco de usted, su experiencia y formación política.

Soy José Bodas Lugo, trabajador de PDVSA, de la refinería Puerto La Cruz, con 30 años de servicio en la industria petrolera venezolana. Soy operador de planta de esta refinería, abogado y Secretario General de la Federación Unitaria de Trabajadores y Trabajadoras del Petróleo, del Gas, sus Similares y Derivados de Venezuela (FUTPV), desde el primero de octubre del 2009 para un período de cinco años. Desde el 2014 estamos dando una batalla en la industria petrolera para que se realicen las elecciones en la FUTPV, y no ha sido posible porque el gobierno sabe que va a una derrota por el papel totalmente a favor de la empresa, a favor de las transnacionales, que tiene su agente, el presidente de la federación y de la central oficialista del gobierno, Wills Rangel, corresponsable de que los trabajadores petroleros y los trabajadores venezolanos ganemos siete dólares mensuales.

Yo soy socialista revolucionario, antiimperialista. Lucho para que, en Venezuela, en América Latina, y en todo el mundo triunfe la clase trabajadora. Creo en el gobierno de la clase trabajadora, el socialismo con democracia obrera, sin burocracia, con la clase trabajadora y el pueblo movilizado permanentemente.

Los medios de comunicación se refieren a una grave escasez, incluso al hambre, pero muchos en la izquierda desestiman estas afirmaciones. ¿Cómo caracterizaría usted la situación actual en Venezuela?

Sí, en Venezuela estamos viviendo una crisis pavorosa. Se originó porque el gobierno de Nicolas Maduro está aplicando un plan de ajuste, un paquetazo de medidas capitalistas brutales, ha liberado todos los precios de los alimentos, de los medicamentos, ha recortado las importaciones para pagar deuda externa, mientras los trabajadores venezolanos tenemos un salario mínimo de seis dólares mensuales, 18 mil Bolívares Soberanos. Es una situación muy grave la que estamos viviendo, de falta de medicamentos y falta de alimentos por estas medidas del gobierno nacional. El precio de un kilo de carne en Venezuela es de cuatro dólares. Es un hecho, hay hambre. Ahora frente esta realidad el gobierno dice que es por el embargo petrolero de este año, pero esta realidad la estamos viviendo los últimos cuatro años.

Tenemos que decir claramente que el gobierno de Maduro no es un gobierno de izquierda, no es un gobierno antimperialista. Durante el gobierno de Chávez se crearon empresas mixtas en la faja petrolífera del Orinoco y se les entregó el petróleo venezolano, en ellas participan empresas como Rosneft de Rusia, Total francesa, Statoil noruega, ENI italiana, la española Repsol, Chevron de EEUU, así como empresas chinas y vietnamitas. En los informes de la misma Chevron se establece que las mayores ganancias de esa empresa en América Latina se hacen en Venezuela gracias a las empresas mixtas de la faja petrolífera del Orinoco. El gobierno entrega el arco minero, con un ecocidio gigantesco sobre la selva amazónica en Venezuela, a empresas mineras chinas y canadienses. Se está destruyendo las comunidades indígenas–hay masacres en esas áreas–para entregar el oro a esas transnacionales.

Al mismo tiempo, es un gobierno que criminaliza la protesta. El derecho está en la constitución y está en los contratos colectivos, pero los gobiernos de Chávez y de Maduro criminalizan las huelgas y dicen que la autonomía sindical es un veneno contrarrevolucionario. Criminalizan a los trabajadores que luchamos por un sindicato autónomo, de lucha, democrático, sin burocracia, con asambleas y movilizaciones permanentes de la clase trabajadora. Los activistas estamos luchando por la autonomía sindical, por nuestros derechos colectivos, por el salario, por las condiciones del trabajo, tenemos trabajadores como Rodney Álvarez con siete años preso, trabajador de Ferrominera del Orinoco, acusado de un crimen que no cometió y sin haber sido enjuiciado o condenado. Tenemos a Rubén González, también detenido por tener una posición de defensa de los derechos de los trabajadores, y así a gran cantidad de trabajadores y jóvenes detenidos por protestar. Se ha criminalizado la protesta, se ha disparado a las protestas en la rebelión del año pasado en contra del gobierno, misma que la Mesa de la Unidad Democrática entregó en las negociaciones en la República Dominicana. Hubo más de 139 muertos, más de mil heridos, gran cantidad de activistas detenidos, de jóvenes, por luchar en contra de un gobierno que aplica unas medidas brutales.

Políticos como Marco Rubio han presentado los hechos en Venezuela como una lucha democrática contra una “dictadura socialista”, mientras tanto, muchos en la izquierda de este país presentan los eventos como un golpe de derecha contra Maduro. ¿Cómo ves la situación política? Las raíces de la crisis económica son objeto de debate. Las voces de la derecha hablan del fracaso del “socialismo”. ¿Hay o hubo socialismo en Venezuela? Las voces de la izquierda hablan del daño causado por un bloqueo estadounidense. ¿Qué responsabilidad tiene el gobierno de Maduro por la crisis económica?

El gobierno de Chávez y de Maduro, el gobierno del “Socialismo del Siglo XXI” no es más que una estafa. Este gobierno no es socialista, no es obrerista. Es un gobierno burgués. Es un gobierno que aplica medidas antiobreras y antipopulares, que tiene salarios de hambre. Es una vergüenza que en este continente la mano de obra de los trabajadores venezolanos es la más barata. Es un gobierno que ofrece a las transnacionales petróleo por más de cien años, mano de obra reconocida técnicamente y científicamente como una de las mejores, como lo es la mano de obra venezolana petrolera, con más de 100 años de historia, ¡y a un salario de 7 dólares al mes! La Chevron norteamericana en ninguna parte del globo terráqueo le paga un salario de 7 dólares a un trabajador, excepto en Venezuela, porque es el precio que convino el gobierno nacional, PDVSA, con esas transnacionales- un salario de hambre.

Entonces, en Venezuela no ha fracasado el socialismo. Lo que ha fracasado es un capitalismo brutal que llevó adelante un gobierno de conciliación de clases, que entrega la soberanía nacional, que entrega el petróleo, que entrega el oro, que entrega mano de obra semi esclava, que persigue a los dirigentes sindicales que luchan, a los jóvenes que protestan, que persigue a los trabajadores que protestan por salarios dignos. Vemos como muchos de la izquierda en el mundo apoyan a este gobierno, yo quiero decir a esos señores que este gobierno no es de izquierda, que este gobierno es de derecha. Ese movimiento que apoya a este gobierno lo hace porque no lo vive. Si ellos en sus países tuvieran un gobierno como es el de Nicolás Maduro, yo estoy convencido que serían los primeros en combatirlo. Entonces en este sentido es una izquierda en bancarrota. Es una izquierda que abandonó las banderas de la clase trabajadora, es una izquierda indudablemente traidora, la izquierda que apoya a Nicolas Maduro.

Vemos fotos y videos de mítines de Guaidó, ¿qué motiva el apoyo a Guaidó? Maduro también ha organizado concentraciones masivas, ¿cuáles son las motivaciones de la gente al participar en estas manifestaciones? ¿Qué tipo de reacción tienen los trabajadores de Venezuela ante las amenazas de Trump de enviar tropas? ¿Han tendido estas amenazas a reforzar o perjudicar el apoyo popular a Maduro?

Indudablemente el descontento, motivado por el paquetazo brutal que aplica el gobierno de Nicolas Maduro y esta crisis terrible que estamos viviendo los venezolanos, impulsa a los jóvenes a protestar masivamente. Hay movilizaciones también de apoyo a Maduro, pero lo concreto es que cada día son más minoritarias, cada día más se limitan al aparato del PSUV. La determinación mayoritaria de los venezolanos es de luchar contra del gobierno de Nicolás Maduro. Por eso nosotros decimos que con la movilización debemos derrotar las medidas económicas burguesas y al gobierno de Maduro, esa es nuestra posición.

Ahora, ¿qué pensamos los trabajadores de las amenazas y de la injerencia de Donald Trump, de Bolsonaro, de Macri, del grupo de presidentes burgueses de Lima? ¡No! Rechazamos todo tipo de injerencia extranjera en Venezuela. Rechazamos las pretensiones de Donald Trump de intervenir militarmente en Venezuela. Es inaceptable. Nosotros en este sentido llamamos a los trabajadores y al pueblo de Venezuela a impulsar la movilización autónoma y permanente para derrotar al gobierno y no aceptamos ningún tipo de injerencia, ni de Rusia ni de China, de Turquía, de Irán, tampoco del Grupo de Lima ni de los Estados Unidos.

La historia de invasiones de los Estados Unidos en América Latina y en todo el mundo ya la conocemos. La invasión a la República Dominicana, a Nicaragua, la invasión a Cuba, la invasión a Granada. En este sentido, los Estados Unidos, que han apoyado gobiernos como los de Pérez Jiménez, Videla, Pinochet, Trujillo, a los Samozas en Nicaragua, que apoyaron al Apartheid en Sudáfrica, que apoyan el genocidio que comete el estado de Israel contra los palestinos, de verdad que no tienen ninguna autoridad moral para intervenir en Venezuela ni en ninguna parte del mundo, porque sabemos lo que significan las invasiones, lo que significan la destrucción y la muerte de los pueblos agredidos por el imperialismo yanqui.

Vemos como en nuestro país los padres no tienen comida, los hijos no tienen medicamento, pero el gobierno de EEUU habla de una supuesta ayuda humanitaria de cien millones de dólares. Eso para una población de 30 millones de habitantes es insignificante. Y el gobierno dice que no quiere la ayuda humanitaria, sino comprar los medicamentos, pero es el mismo gobierno que recortó en 80% las importaciones para pagar la deuda externa. Ante esta situación muy crítica para los trabajadores y el pueblo venezolano, llamamos a la movilización, a la protesta autónoma, para lograr una salida obrera y popular a la crisis.

Maduro, al igual que Chávez antes que él, se ha presentado como un “antiimperialista”, y muchos en la izquierda señalan las disputas públicas de Venezuela con los Estados Unidos en asuntos internacionales como una confirmación de esta caracterización y una de las más importantes razones para defender a Maduro. Nos parece que el apoyo de Chávez y Maduro al régimen genocida de Assad fue la causa de gran parte de la confusión en la izquierda de los Estados Unidos sobre la lucha revolucionaria democrática siria. ¿Cuáles son tus opiniones sobre estos temas?

Los gobiernos de Chávez y Maduro son gobiernos de falso socialismo, de falso antiimperialismo. A nivel internacional, indudablemente, Chávez y Maduro apoyaron a un criminal como fue Khadaffi en Libia; apoyaron a Mubarak en Egipto, a Assad en Siria, de verdad carniceros, gobiernos criminales que masacraron a sus pueblos, que privatizaron sus industrias. Ellos también tenían una política de conciliación de clase y de pactos con el imperialismo, al igual que el gobierno de Maduro. Maduro al apoyar al gobierno genocida de Assad en Siria, demuestra que no es un gobierno de izquierda, mucho menos socialista o antiimperialista.

¿Hay fuerzas políticas capaces de dirigir un curso independiente de Maduro y Guaidó? ¿Cuáles son algunas de las organizaciones, sindicatos, organizaciones de izquierda, etc., a quienes deberíamos darles seguimiento? ¿Cómo se vería una política de la clase trabajadora independiente en Venezuela? ¿Qué alternativa política propones?

El Partido Socialismo y Libertad (PSL), del cual soy miembro, participa en la Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma (C-cura), donde estamos luchando por construir una alternativa de clase al Chavismo y a Guaidó, a la derecha proimperialista. Planteamos salir de Maduro por la vía de la movilización autónoma de los sectores populares, de los trabajadores. Frente la crisis, tenemos una propuesta como clase: que el petróleo sea cien por ciento venezolano, sin empresas mixtas, sin transnacionales, y que se invierta el dinero del petróleo en comprar medicamentos, en una reforma agraria para producir alimentos y solventar el hambre. Repudiamos el pago de la deuda externa. Planteamos una PDVSA dirigida por sus técnicos, por sus trabajadores, por sus profesionales. Planteamos una política de recuperación de las empresas básicas de Guayana. Estamos en contra de la venta del arco minero, en contra de la destrucción de la selva de Venezuela que se hace para darle oro a las transnacionales, y por la defensa de la autonomía y la autodeterminación de Venezuela, por nuestra soberanía nacional, y por una educación y universidad gratuita de calidad, y por el derecho a salarios iguales a la canasta básica-en contra de estos salarios de hambre, de las condiciones de semi esclavitud. Para esto, fundamentalmente, es necesario derrotar al gobierno de Maduro. Es decir, estamos por la movilización de los trabajadores, por un gobierno de la clase trabajadora y los sectores populares en Venezuela, un socialismo con democracia obrera. Repudiamos la intervención extranjera. Es nuestra propuesta como PSL adentro de C-cura.

Hay preparativos para marchas en los Estados Unidos para rechazar las amenazas de Trump de intervenir y las sanciones que impone. Los líderes de estas marchas no están levantando ninguna crítica a Maduro. ¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Cómo pueden los activistas en los Estados Unidos contribuir mejor a construir la solidaridad con las luchas populares por los derechos democráticos y las necesidades básicas en Venezuela? ¿Qué propuestas tienes para construir un movimiento solidario?

Creo que es bastante progresivo hacer marchas masivas para rechazar las amenazas de Trump de intervenir y las sanciones que impone a Venezuela. Es muy importante eso. Ahora, los líderes de estas protestas tienen que saber que el gobierno de Maduro no es un gobierno de izquierda, no es un gobierno antiimperialista, es un gobierno que entrega al imperialismo el petróleo a través de las empresas mixtas, al igual que lo hizo Chávez. Es un gobierno que ajusta, que tiene un plan económico brutal capitalista, es un gobierno que impone salarios miserables, que criminaliza y dispara con armas de fuego contra las protestas, que ha asesinado activistas, luchadores, por protestar contra el paquetazo, por protestar contra las restricciones a las libertades democráticas, por protestar contra la política del hambre. Estas medidas, la crisis y la represión son las causas de que más de tres millones de venezolanos se hayan ido de este país, huyen precisamente de las medidas brutales y la falta de libertades democráticas. Es muy importante que se informen de lo que plantea la izquierda revolucionaria venezolana y antiimperialista que no está con Maduro ni con Guaidó, y lo pueden hacer a través de la página de web Laclase.info, una izquierda que está dando una batalla desde los sindicatos, desde la juventud, para convertirse en alternativa ante esos dos bloques que se disputan la renta petrolera. Si vemos el plan económico de Maduro y el “Plan País” de Guaidó, las propuestas económicas, son más de lo mismo, privatizaciones, salarios de hambre para los trabajadores. En este sentido, nosotros creemos que hay que apoyar a las luchas, divulgar las luchas que estamos dando, desde la verdadera izquierda que no está con Maduro, es necesario denunciar los salarios de hambre, denunciar la persecución de los activistas y los luchadores.

Pseudo-Anti-Imperialism: Heimbach, Maduro, Assad

April 5, 2019

In terms of the red-brown axis/alliance, otherwise known as the phenomenon of pseudo anti-imperialism, some notable developments have transpired in the past few days.

First, Matthew Heimbach, formerly of the Traditionalist Workers’ Party (TWP), a Strasserist neo-Nazi organization, tweeted explicitly in favor of this axis just days ago:

Then, just yesterday, the foreign minister of Nicolás Maduro’s regime, Jorge Arreaza, apparently flew to Damascus to meet with “brother” Bashar al-Assad. Considering this an “immense honor,” the obsequious Arreaza remarks at the “experience, wisdom, and advice for resistance, victory, and Peace [sic!]” he supposedly learned from Assad, reflecting the master-slave relationship this despot demands and expects. This development follows the arrival of an estimated one hundred Russian “military advisers” to Caracas two weeks ago.

We must take this menace very seriously.

These are just a few reasons why no one can afford to ignore the red-brown axis, otherwise known as the pseudo-anti-imperialist phenomenon:

  • The case of Chris Burnett, an anarchist radio show host who platformed such a notorious Assadist fascist as Vanessa Beeley, is a good example of this disturbing phenomenon;
  • The same is obviously true of Michael Schmidt and Nina Power at present, and Sergei Nechaev, Mikhail Bakunin (for his conspiratorial anti-Semitism), the Cercle ProudhonGeorges Sorel, and Mihailo Marković (among others) historically;
  • Verso, “the largest independent radical publishing house in the English speaking world,” is publishing a book by Max Blumenthal, a fascist;
  • In his “manifesto,” Brenton Tarrant, the Christchurch mass-murderer of 50 Muslim worshipers, claims affinities with the left/socialism and Trump/the far-right, describing himself as an “eco-fascist”;
  • Rudolf Bahro, an East German dissident ex-Communist and author of The Alternative in Germany, who was much-praised by the lifelong anti-fascist and critical theorist Herbert Marcuse (who died in 1979), drifted increasingly to the “radical” right in the mid-1980’s, even coming to so repugnant a position as to desire the rehabilitation of Hitler in German society, as in the idea of a ‘Green Adolf’: “Is there really no thought more reprehensible than a new 1933? [Referring to Hitler’s year of accession.] But that is precisely what can save us!” (Logik der Rettung [Stuggart and Vienna, 1987], 461). In an interview from 1991, moreover, Bahro declares ominously that, “we will have to have a lot to do with what it was that found expression then [in 1933] and that is seeking another, better expression this time” (Rückkehr: Die In-Welt Krise als Ursprung der Weltzerstörung [Frankfurt: Horizonte Verlag], 24-5 [emphasis added]).
  • Many leftists, including anarchists, have expressed enthusiasm about the “Rev Left Radio” podcast, despite the fact that the host has platformed Stalinist propagandists and genocide denialists, thus advancing red fascism/totalitarianism, as well as the Islamophobia promoted by liberals like Bill Maher and the far-right alike;
  • Many Western leftists, in reacting to the ongoing political, economic, and humanitarian crisis in Venezuela, have effectively rationalized Maduro’s brutal rule as the “lesser evil” to U.S.-backed Juan Guaidó using the misleading slogan “Hands Off Venezuela,” echoing everyone from Maduro to Russia Today and The Intercept in falsely claiming the events since January 23, 2019, to represent a “coup.”

There is both a local/domestic and regional/global context to this complex phenomenon, which is indissolubly tied to Trump, Putin, and the “legitimization” of conservative-authoritarian populism, white supremacy, and neo-fascism across the globe. There is a serious risk, as these cases show, that Dan Glazebrook’s fears, expressed in the essay “The Politically-Correct Fascism Gaining Ground on the Left” (Counterpunch Magazine, Feb. 2019), are correct: “Given the lack of a social base for genuine socialism (anti-imperialist and internationalist) in the west, leftists can be utilized by fascism without fear. By helping to delegitimize liberal democracy, leftists can inadvertently help lay the basis for fascism…” (p. 24, emphasis added).